SOLUCIÓN DE FUENTE
El
agua de la que podemos disponer industrialmente, o incluso domésticamente no es
pura. En su camino por aire y tierra, el agua de la lluvia absorbe diversos
gases y minerales. Las aguas profundas y superficiales se depuran con cloro u
oxígeno antes de ser distribuidas en forma de aguas potables.
En
estas aguas que son las que se utilizan para definir las zonas de no impresión
en el offset se ha de controlar algunas características para una correcta
impresión, como por ejemplo la dureza que tiene, el pH, la tensión superficial,
etc.
El
grado de dureza representa la cantidad de sales minerales que lleva disueltas
el agua. Estas materias pueden formar jabones untuosos con los ácidos grasos de
la tinta; estos jabones calcáreos pueden dar lugar a problemas de tintaje y de
mojado, como es el empastado de medios tonos, el satinado de los rodillos, etc.
Incluso un agua muy dura puede estropear las partes metálicas con el paso del
tiempo.
Así
pues, si es conveniente, el impresor ha de controlar y contrarrestar el exceso
de dureza del agua.
La
dureza del agua se representa en grados según diferentes escalas; normalmente
se determina en grados dH alemanes (o A). En esta escala corresponde 1 o a una
concentración de 10 g. de cal viva (CaO) en 1.000 litros de agua. Se recomienda
trabajar con una dureza inferior a 15 o dH. A partir de observaciones
realizadas en imprentas se deduce que en el proceso offset podemos encontrarnos
con dificultades a partir de una dureza del agua de 15 o dH.
Otra cualidad del agua que se ha de controlar es el pH. El valor pH indica si el agua es ácida o alcalina. El agua (H2O) no consta sólo de moléculas formadas por átomos de hidrógeno y de oxígeno, sino que contiene además iones e hidroxiliones libres que, en el agua neutra, se equilibran. Si predominan los iones de hidrógeno, se habla de un líquido ácido, si predominan los hidroxiliones se dice que el líquido es alcalino.
Otra cualidad del agua que se ha de controlar es el pH. El valor pH indica si el agua es ácida o alcalina. El agua (H2O) no consta sólo de moléculas formadas por átomos de hidrógeno y de oxígeno, sino que contiene además iones e hidroxiliones libres que, en el agua neutra, se equilibran. Si predominan los iones de hidrógeno, se habla de un líquido ácido, si predominan los hidroxiliones se dice que el líquido es alcalino.
Se
representa numéricamente, el valor medio "7" corresponde a un pH
neutro, los valores inferiores corresponden a un líquido ácido y los superiores
a un líquido alcalino.
Se representa en
potencias de diez, por ejemplo una solución de pH 1 tiene una décima de grado
por litro de iones de hidrógeno, una solución de pH 2 es diez veces más fuerte,
y así sucesivamente.
Peachímetro ó pHmetro.
El pH puede
medirse de diferentes maneras, normalmente el impresor utiliza una tira de
control colorimétrica o un pHmetro.
Para
la impresión offset, el agua de mojado ha de tener un pH comprendido entre 4,5
y 5,5. Este grado de acidez aumenta la hidrofilia de las zonas no impresoras
hidrófilas y reduce la tensión superficial del mojado.
Estos
factores se han de tener en cuenta cuando se habla de humectación. Las
moléculas de agua se atraen en el interior del líquido, en la superficie,
lógicamente, son atraídas hacia el interior. Se denomina tensión superficial a
la fuerza que tiende a disminuir la superficie libre de un líquido, partiendo
de la base de que el líquido está envuelto de aire o de otro gas. De igual
forma, también actúan fuerzas de tracción similares en las superficies de
contacto de los dos líquidos o en el contacto de un líquido sólido. Estas
fuerzas se denominan tensión interfacial.
Cuanto
más bajas sean la tensión interfacial y superficial de un líquido, mejor
humectará un sólido.
El
agua corriente es poco adecuada para humectar una superficie con el mínimo de
agua posible, ya que posee una elevada tensión superficial y moja o humecta las
superficies metálicas de forma irregular y en capas gruesas. Si se reduce la
tensión superficial y la interfacial del líquido mediante productos adecuados,
se mejora la humectación; por lo que podemos reducir notablemente la cantidad
de agua que se necesita en el proceso de impresión.
Los
productos capaces de reducir la tensión superficial e interfacial de un líquido
son los tensoactivos y los componentes alcohólicos; uno de los más importantes
es el alcohol isopropílico.
Las
medidas de pH y conductimetría se aplican a las soluciones acuosas como un
método de control.
Básicamente
se pretende tener una cifra que permita una definición de funciones, en el caso
de pH y, además, una medida de seguimiento del producto en funcionamiento.
El
campo de aplicación de ambas mediciones se restringe a las soluciones de
mojado, ya que el aditivo concentrado que nos llega del proveedor ha de ser
diluído para adecuar su funcionamiento en el sistema de mojado, y de la
correcta dilución dependerá mucho la obtención de las prestaciones exigidas en
el momento de la decisión.
Desde
hace muchos años la medida utilizada para el control de la dilución correcta ha
sido el pH, pero la evolución de las tecnologías ha permitido tener aditivos
concentrados de mojado tamponados.
El
hecho de que un producto de estas características incorpore una solución tampón
no es más que un control de las variaciones de pH, es decir, las interferencias
que el agua de mojado puede sufrir procedentes de papel o tinta quedan
compensadas por la solución tampón.
Dado
este caso, se puede también considerar una interferencia compensable el hecho
de que se añada más aditivo concentrado, ya que la solución tampón actuará y la
medida del pH no se verá afectada por este incremento de aditivo.
Para
evitar esta situación se estudió la propiedad conductimétrica de los aditivos
de mojado y se comprobó que era proporcional a la dilución y, por tanto, un
método de control de la solución de mojado.
La
conductimetría es la propiedad por la cual los líquidos son capaces de conducir
la corriente eléctrica mediante las sales disueltas en agua. Cuantas más sales
se añadan, más alta será la conductividad y, por tanto, cuanta más cantidad de
aditivo de mojado se ponga, más alta será la conductividad.
La
recomendación es, pues, controlar la dilución correcta con medidas de
conductividad dejando el pH como una definición de la funcionalidad del aditivo
de mojado.
Cada
aditivo de mojado suministrado por los proveedores tiene una determinada
conductividad, así como cada tipo de agua corriente tendrá una determinada
conductividad (dependiendo del contenido de sales, ya que el agua pura es muy
poco conductora).
Este
hecho hace que no podamos dar cifras estándares para una conductividad óptima
porque cada caso será diferente, pero sí que nos permite hacer una prueba del
caso concreto y tomar esta lectura como la correcta y definir así el intervalo
de lecturas apropiadas.
Por
lo tanto para mejorar el mojado del agua deberemos de añadirle sustancia que
permitan: graduación y estabilización del pH deseado, reducción de la tensión
interfacial y superficial y graduación de la dureza del agua.
El
aditivo, además, ha de limpiar la imagen, proteger las zonas sin imagen,
contribuir a reducir la conducción del agua gracias a una mejor humectación de
la plancha, mantener fresco el cojín y tener un efecto alguicida y bactericida.